
"El poder de crear tu propia historia"
Luciana Bornand


Todo lo que queda enferma
Por Luciana Bornand
¿A que se aferran los seres humanos en situaciones de vida o muerte? Las palabras han sido, a lo largo de la historia, un mecanismo de salvacion para las victimas de catástrofes, guerras o prisioneros en alguna cárcel clandestina. "Contar Malvinas" es un libro contado por sus propios personajes, ellos vivieron todo lo escrito, y despues de muchos años, veinticinco años del conflicto bélico entre Argentina e Inglaterra, pudieron poner en papel las vivencias que le marcaron la vida.
El papel y la escritura fue un mecanismo de salvación para las víctimas de guerras, como es el caso de Esteban Pino y German Estrada, dos sobrevivientes argentinos del conflicto en Malvinas.
Escribir “Contar Malvinas” después de veinticinco años hace replantearse a los autores porque contar sus experiencias del conflicto bélico después de tantos años de silencios.
Silencio porque les prohibieron contar sobre lo vivido en Malvinas, porque la mugre se escondió bajo la alfombra y porque hasta el día de hoy, treinta y tres años después, aún hay varias versiones de lo que en verdad paso en la isla. Sin embargo, esos soldados llamados al silencio por sus superiores, denigrados, escondidos y llamados “cagones”, solo ellos saben que es lo que pasó en Malvinas.
“Se intimaba a la tropa a mantener la boca cerrada, por el bien de la Patria, porque nadie les iba a creer, o porque no les convenía a nadie”
Cuando arribaron en barco ingles a Puerto Madryn, siendo prisioneros de guerra ,luego de la rendición del ejercito argentino frente al ingles, los protagonistas envueltos en confusión no sabían que contar, por donde empezar, que decir, que no.
“y el, ya había construido su relato? ¿lo modificaría de acuerdo a su auditorio? ¿cómo iba a explicar el hambre, el temor o el sueño?”
¿Cómo explicar la sumisión, el falso orgullo que sentían por si mismos, por querer defender algo que les pertenece como argentinos pero que las condiciones no fueron dadas por los que están al mando y por los que deberían haber hecho lo imposible por garantizarle lo mínimo para sus personas que es la dignidad?
Los soldados no solo fueron victimas de los ingleses, ni del hambre ni del frio, sino también de la desinformación, que permitía la sumisión. En ningún momento podían saber que era lo que pasaba.
“No sabía dónde estaba. La desinformación era la mejor manera de mantener a un grupo de gente en estado de sumisión”
Sin embargo, ante estas situaciones adversas hubo algo más fuerte, un sentimiento que les permitió seguir adelante, y no querer acabar con sus vidas y facilitarles el trabajo a los ingleses.
Los soldados argentinos recibían cartas de sus familiares o de “soldado desconocido” (cartas que le escribían estudiantes de primaria a soldados y se distribuían arbitrariamente), las cuales le servían de salvación ante situaciones de cercana muerte.
“¿sabes? hoy cuando repartieron las cartas, no me dieron ninguna. ¿A vos te parece?- (..)Se me hizo un nudo en el estómago. Estas cartas son el único contacto que tengo con la paz, con los que me quieren, con la familia que nadie sabe cuánto la extraño”
Y en momentos de bombardeo constante, de frio, sonidos de ametralladoras, de intensa soledad, lo que aliviaba al ex combatiente era releer las cartas.
“Esteban repasó la carta de su amigo Julián. La sensación no era la misma de cuando la había leído por primera vez, pero ayudaba. La lectura era seleccionada; leía por partes y contestaba aunque nadie lo oyera”
Casi al final de la guerra, cuando ordenaron a los soldados abandonar sus pozos y caminar hacia un sentido incierto, pensando que aun no estaba preparado para dejar las Islas, que aunque sus condiciones eran infrahumanas, sus pies estaban congelados, Esteban se puso como loco cuando veía de lejos al enemigo destrozar lo que había sido su hogar, donde guardaba las cosas que lo habían mantenido con vida.
“Este es mi pozo, mi hogar…- decía mientras tocaba las paredes, acariciaba las cartas y miraba todo como si fuera un palacio, o como si hubiera dejado ese lugar por muchos años”
“Por otro lado sentía una amargura inmensa por la usurpación de su hogar por esos desconocidos. Esos hombres que revoleaban por el aire lo que encontraban, que hacían montones con el armamento, que pateaban lo que le incomodaba sin temor de romperlo, no parecían entender que cada trozo de tierra tenía un significado especial para el observador argentino oculto a la distancia.”
“no era justo que el no se pudiese llevar ciertos recuerdos, ciertas cosas que le parecían valiosas, objetos que le habían acompañado durante tantos días y tantas noches”
Vemos como el soldado se aferraba a las cartas, a su pozo como su hogar, a sus compañeros, a lo que habían construido en las islas con lo poco que tenían y con lo agudo de su sufrimiento. Las cartas, las palabras de sus familiares, y el fuerte sentimiento de defender a la Patria fueron su mecanismo de salvación, aun cuando sabia que al terminar la guerra quedaba una guerra más: aceptar la derrota, la bandera inglesa flameando en el cielo de las Islas y aprender como contar lo que nunca más iban a olvidar.
33 años después de Malvinas, en una entrevista, el excombatiente Esteban Pino, aseguró que las cartas y volver a ver a su familia y amigos, fue lo que lo mantuvo vivo en las islas, a pesar del frio, del hambre y del miedo:
“sin dudas las cartas y todos los que estaban detrás de ellas me daban mucha fortaleza” Esteban Pino
Nuevamente vienen las palabras a salvarlos contando su historia en “CONTAR MALVINAS” .